• Se decía en los bautizos de mi pueblo, Cañete de las Torres, muy cerca de Lopera.
    Era cuando al niño lo llevaban por la calle para bautizarlo en la Iglesia. Los nenes decían:
    "Arroña, arroñín, si no echan arroña, que se muera el chiquitín". Hay que tener malas ideas, pero era así.
    Los padrinos tiraban un montón de monedas de 5 y 10 céntimos al aire para que lo recogieran los nenes. Se repetía esto durante todo el camino de ida y vuelta a la Iglesia, los muchachos sacaban unas pocas, muy pocas monedas, de 5 y 10 céntimos de peseta.
    Me refiero a los años 1940 y 1950.

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