MANTA A MANTA, LAS VIÑAS NO SON TANTAS

Cuenta la gente que un agricultor tenía que arreglar un campo de viñas y necesitaba la ayuda de su hijo. Le encargó limpiar la finca y cuando volvió el padre a supervisar el trabajo de su hijo lo encontró sobre una manta durmiendo la siesta. El padre, astuto, vio que la superficie que ocupaba su hijo con la manta estaba limpia y llana (la había arreglado su hijo antes de echarse a dormir) y le pidió que cada vez que se echará a dormir cambiara la manta de sitio. En poco tiempo el campo estaba limpio y listo para cultivar las viñas. De ahí que se diga que aunque una labor parezca extensa no se tiene porque volver imposible si cada día se esfuerza uno un poco.
Enviado por: @rubenbegines

julio 11, 2013

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