Mi madre nos decía a mí y mi primo, que tuviésemos cuidado de no caernos en la «POHLA» que nos rozábamos las rodillas. El origen de esta palabra tan malagueña era que muchas calles las asfaltaban con cemento en vez de alquitranarlas, y la marca del cemento era CEMENTOS PORTLAND, que era lo que ponía en los sacos